Aventuras en la Marca del Este, un retroclón español de la caja básica de D&D.

El Clan del Lobo Gris, aventureros proscritos, los últimos de su clan.

Estas son las crónicas de nuestras aventuras, con este magnífico sistema.

jueves, 3 de marzo de 2011

Dramatis Personae: Kinino

Buenas,

Después de pedir mil veces algo de trasfondo y un poquitín de personalidad de sus personajes, estos comienzan a llegar. Los dos primeros Manolín y Pablo, con respectivamente Kinino y Luzandoriel. Vamos hoy con Kinino.

Kinino, ladrón de Robleda:
Nacido en Robleda, hijo de Drilia, una moza de posada, se desconoce quién fue su padre, aunque se madre fantaseaba a menudo con que era un famoso aventurero de noble cuna. Kinino (“Kini” para los amigo), se crío en la taberna, en un ambiente sórdido y facineroso. Era alto y desgarbado, fuerte y hábil, podría haber sido un muy buen guerrero, pero no eligió el camino de la espada, debido a que, sinceramente, era algo cobarde. Así pues se vio abocado a la senda del latrocinio. Se mezcló con la peor chusma de Robleda, entró en el Gremio de Ladrones y realizó algunos encargos como matón (debido a su fuerza). Pero pronto se aburrió de estos tejemanejes y se interesó por la exploración de tumbas y la búsqueda de tesoros (su verdadera pasión). Así cuando un grupo de aventureros se aposento en la posada donde solía trabajar su madre, vio la oportunidad de salir de Robleda. Se unió al grupo, que estuvo encantado de contar con sus habilidades. Desde entonces recorre la Marca del Este como aventurero, mercenario, buscador de tesoros y lo que se tercie.

Kinino es hábil y diestro, pero es más fuerte, así que suele lanzarse al combate sin pensar mucho, cuando es herido o el enemigo es superior, suele reflexionar (algo raro), y hacer caso a su cobardía, entonces se esconde y busca apuñalar por la espalda o, directamente, no entablar combate y rematar a los heridos. Se le da bien su profesión pero no es que destaque especialmente en el arte de abrir una cerradura o desactivar una trampa. Lucha con una daga de plata y un hacha de mano, una en cada mano.

Le encanta el juego (siempre va con unos dados de póker de madera), el tabaco (no se separa de su pipa de caña larga), las apuesta y el riesgo. Una buena juerga y las mozas fáciles, también le seducen. Los ojos le dan vueltas con el dinero y el tesoro. Y si bien no es un tipo bueno y honorable, sí que es de fiar y fiel para con sus amigos (aunque es difícil ganarse ese apelativo). Algo racista, no se lleva bien con el elfo del grupo, Luzandoriel y ya han tenido más de un encontronazo, ya que a su juicio es demasiado estirado.

Marcados saludos.-

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